Nuestra Historia
El Jardín Botánico del Quindío, como centro de ciencias con el objetivo primordial de la conservación de la biota nativa, y para la actividad científica y la educación ambiental como objetivos estratégicos, fue fundado en 1979 por Alberto Gómez Mejía, atendiendo la sugerencia que le había hecho el Profesor Jesús M. Idrobo, con la activa participación de profesores de la Universidad del Quindío y miembros de la Organización Oikos y del Club de Jardinería de Armenia. Es el único centro de ciencia del Quindío reconocido por el Ministerio de Ciencias y uno de los cuatro que operan en los tres departamentos de la región cafetera central de Colombia.
El Jardín es una organización no gubernamental, constituida como fundación sin ánimo de lucro, y su personería jurídica le fue reconocida por la Gobernación del Quindío por la Resolución No. OJ 037 del 5 de junio de 1979. Está inscrita en la Cámara de Comercio de Armenia. Tiene el NIT Nº 890.0035.78-8. El Instituto de Investigación de Recursos Biológicos “Alexander von Humboldt” le dio concepto favorable conforme a la ley 299 de 1996 sobre jardines botánicos y en consecuencia la Corporación Autónoma Regional del Quindío le otorgó el permiso ambiental por la Resolución No. 968 del 30 de octubre de 1998, por lo cual se convirtió en el primer jardín botánico del país en quedar debidamente legalizado.
En 1980 la misma Corporación le entregó en comodato ocho hectáreas de un bosque natural ubicado entre Filandia y Circasia, en la Reserva Forestal Bremen, y la Sociedad Bosquinsa S.A. (ya liquidada) hizo lo propio con dos hectáreas adicionales adyacentes. Este terreno está a 1.980 m. y constituye, según Alwin Gentry, un espacio de muy alta diversidad florística. La propuesta de Alberto Gómez es que por el rango altitudinal del Quindío entre los 900 y los 4.000 metros de altura debería tener el Jardín cuatro sedes en diferentes pisos térmicos. Esta sería la primera. En 1988 se suscribió un convenio de cooperación con la Universidad del Quindío, que fue renovado en 2009, con el fin de lograr apoyo científico a todas las actividades que se realizan en la entidad.
En 1989, con los aportes del Departamento Nacional de Planeación, a través de la CRQ, del Departamento del Quindío, del Comité Departamental de Cafeteros y del Municipio de Calarcá, se adquirió al sur de Calarcá, a 1.490 m., un bosque natural, de 15 hectáreas de extensión, en donde se decidió que estuviese la sede principal del Jardín. Es un bosque subandino, milagrosamente preservado, toda vez que en la región muchas de las vegetaciones naturales fueron eliminadas para el desarrollo de la caficultura y de los cultivos asociados; se estima que puede tener cerca de 800 especies de plantas. Fueron determinantes en esta adquisición la dirigente Lucelly García de Montoya, Luis Bernardo Flórez Enciso, Subjefe de Planeación Nacional, Carlos Alberto Gómez Buendía, Gobernador del Quindío, Alberto Montoya, presidente del Comité Departamental de Cafeteros y Jaime Alberto Mejía, Alcalde de Calarcá. Y se contó con la buena voluntad de los vendedores del terreno, Cornelio Hoyos y César Valencia. Aquí se desarrollaría la sede principal del Jardín. Está en proceso de consolidación un convenio de cooperación para tener otro espacio como sede satélite en Quimbaya a 920 msnm y faltaría encontrar la última en zona de páramo, en buen estado de conservación y de fácil acceso.
Alberto Gómez, como diseñador conceptual del Jardín y líder del proyecto, ha recibido ideas y sugerencias muy valiosas de Jorge Hernández Camacho, Cristián Samper, Francisco Sánchez, Hermes Cuadros, Alwin Gentry, Aureliano Sabogal, Miriam Rotschild, Vernon Heywood, Peter W. Jackson, María Consuelo Araújo, Arthur Simon, Guy Xhonneux y de muchos investigadores de la Universidad del Quindío. Se estructuró una política de colecciones botánicas nativas desde 1993, integrada básicamente por la familia Palmae, que es la más grande de Colombia y con notable reconocimiento internacional. Otra colección de plantas nativas son la del género Heliconia y la del grupo de los helechos arbóreos; y se han incrementado las colecciones de zamiáceas, lauráceas, orquidáceas, bromeliáceas y aráceas, y se tienen exhibiciones de plantas acuáticas, suculentas, medicinales y carnívoras.
Con el fin de destacar las relaciones planta–animal, se ideó el Jardín de Mariposas o Mariposario, como gran atractivo ecoturístico, el Zoológico de Insectos y el Insectarium. Y aprovechando la gran diversidad de avifauna, se hicieron cuatro sitios para el avistamiento de aves, que recibió el reconocimiento de la Sociedad Audubon como sitio ideal para esta actividad en la región.
El Museo de Geología y Suelos del Quindío fue concebido por Alberto Gómez con la idea de contar la historia fantástica del levantamiento de los Andes de Quindío y de lo que ha acontecido en la región en los últimos 540 millones de años, en cuanto a la orogénesis, o formación de las montañas y a la pedogénesis, o formación de suelos y su relación con las plantas y con la historia natural regional. Como un complemento importante, también por iniciativa de Alberto Gómez, se logró que Invías financiara la construcción del Museo del túnel del cruce de la cordillera Andes de Quindío, en el que se exhiben algunos de los detalles principales de la que constituye la obra más importante de la ingeniería colombiana de todos los tiempos.
El famoso arquitecto de la guadua Simón Vélez donó los diseños estructurales de las construcciones principales, y en 1990 se iniciaron los trabajos, con los aportes municipales ordenados por la entonces Alcaldesa de Calarcá, Ruby García Tobón, y el apoyo de la Sociedad de Mejoras Públicas, presidida por Ignacio Salgado.
En 1998 el Ministerio de Ambiente entregó, a través del Fondo Nacional Ambiental, con recursos del BID, una partida para las instalaciones del Jardín, aprobada por el Ministro Eduardo Verano y el Viceministro Fabio Arjona. Y en 2000 el Fondo para la reconstrucción y el desarrollo social del eje cafetero, Forec, autorizó una partida concluir las obras, por decisión del Director Everardo Murillo y aprobado por Eduardo Uribe, Luis Fernando Gaviria Trujillo y Alberto Arias, integrantes del Comité Ambiental de esa entidad.
El Jardín fue abierto al público el 16 de diciembre de 2000 y desde entonces ha ejercido un liderazgo regional en conservación ecológica y turismo de naturaleza, lo que le ha merecido muchos reconocimientos nacionales e internacionales.
A fines de 2019 se adquirió a crédito un terreno adicional de 14 hectáreas, ubicado a un kilómetro de distancia de la sede principal. Se ha montado un gran vivero de árboles nativos, un vivero industrial de palmas colombianas, un pequeño apiario y una fábrica de tierra (suelo fértil), además de un bosque de árboles alimenticios con donaciones de personas particulares, denominado “Árboles para la vida” y un lugar para el depósito de cenizas de personas fallecidas, llamado “Bosque de los mil guayacanes”. Se viene trabajando en un proyecto de escuela de jardinería y horticultura, en la ampliación del apiario para instalar más colmenas para la producción de miel y de colmenas de abejas nativas.
Gracias al apoyo de muchos amigos y a la colaboración de muchas personas y entidades, el Jardín se sostiene por sí mismo y ha cumplido importantes tareas de asesoría en otros lugares del país en las materias que son su especialidad. Por los aportes ordenados a diferentes proyectos, deben mencionarse también, entre los gobernantes locales, a Carlos Alberto Gómez Buendía, Belén Sánchez, John Bayro Cohecha y Julio César López.
La Fundación tiene una junta directiva integrada por los siguientes ciudadanos: Alberto Gómez Mejía (Presidente), Angela Patricia García, Aureliano Sabogal, Álvaro Arias Young, Juliana Acosta Jaramillo, Carlos Alberto Cardona, Carlos Alberto Gómez Buendía, Darío Fernando Patiño, Ignacio Salgado, Iván Restrepo, Jorge Humberto Guevara, Nora Cecilia Garay, Olga María Zuluaga, Sory Morales y Teresita Beltrán.
Ha contado durante varios años con el apoyo permanente del Comité Departamental de Cafeteros y de la Corporación Autónoma Regional del Quindío, y con la valiosa asesoría voluntaria de Luz Elena Gómez y Luis Fernando Jaramillo. Ha tenido además la asistencia científica de Rodrigo Bernal, Jesús Idrobo, Gustavo Morales, Álvaro Cogollo, Fernando Giraldo, Hermes Cuadros, Eduardo Amat, Andrea Ortega, Tatiana Cárdenas, Fernando Gómez Cabal y Knud Johnson; y el apoyo profesional de Nora Cecilia Garay, Jaime Alzate, Armando Espinoza, Hernando Jiménez, Andrés Vásquez, Luz Marina Henao, Luis Fernando Gaviria Velásquez, Carlos Eduardo Agudelo, Alejandro Cárdenas y de destacados investigadores de la Universidad del Quindío, en muchos campos.
El Jardín ha sido concebido como una gran aula ambiental y por esta razón del proyecto educativo tiene gran importancia en las tareas primordiales.
El Jardín está afiliado a la Red Nacional de Jardines Botánicos (1988), a Botanic Garden Conservation International – BGCI (1989), International Association of Botanic Gardens (1993) y Global Partnership for Plant Conservation (2008).
Entre los reconocimientos recibidos merecen destacarse:
-La Fundación Whitley para la Naturaleza, de la Gran Bretaña, le otorgó a Alberto Gómez en 2005 un premio por su tarea en conservación ecológica, que le fue entregado en Londres por la Princesa Ana de Inglaterra y que fue destinado a través de la Red Nacional de Jardines Botánicos a un proyecto de salvamento de plantas colombianas en peligro de extinción, aún en ejecución.
-En noviembre de 2018 recibió la Orden del café, categoría oro, grado Gran ciudadano, modalidad Proyección del Quindío a nivel nacional e internacional por la Asamblea Departamental del Quindío.
-Profesor Destacado de la Facultad de Ciencias de la Universidad Javeriana, 2001. La entidad ‘Empresas Públicas de Calarcá’ le hizo un reconocimiento “por su aporte a la ciencia, defensa, conservación, cuidado y restauración del medio ambiente”.
-En octubre de 2022 le fue otorgado el Doctorado Honoris causa por la Universidad del Quindío. Además, ha recibido, a nombre del Jardín Botánico del Quindío, los siguientes reconocimientos:
– Condecoración al Civismo de la Sociedad de Mejoras Públicas de Calarcá, en junio de 2006.
– Condecoración Gran Orden de la Quindianidad de la Gobernación del Quindío en junio de 2019.
– Premio Nacional de Ecología Planeta Azul 2018-2019, tercer puesto, categoría general, del Banco de Occidente, en noviembre de 2019.
– Premio Caracol Televisión a la protección del medio ambiente, Segundo lugar, infraestructura sostenible. 2019, entregado en 2020.
– Mercurio de Oro, máximo galardón de Fenalco. 2022
– Condecoración de la Cámara de comercio de Armenia, categoría turismo. 2022
– Medalla al mérito ambiental de la Sociedad de mejoras públicas de Armenia. 2022.
Jardín Botánico del Quindío
Investiga y educa para conservar
En 1998 el Ministerio de Ambiente entregó, a través del Fondo Nacional Ambiental, con recursos del BID, una partida para las instalaciones del Jardín, aprobada por el Ministro Eduardo Verano y el Viceministro Fabio Arjona. Y en 2000 el Fondo para la reconstrucción y el desarrollo social del eje cafetero, Forec, autorizó una partida concluir las obras, por decisión del Director Everardo Murillo y aprobado por el Comité Ambiental, integrado por Eduardo Uribe, Luis Fernando Gaviria Trujillo y Alberto Arias.
El Jardín fue abierto al público el 16 de diciembre de 2000 y desde entonces ha ejercido un liderazgo regional en turismo de naturaleza. Gracias al apoyo de muchos amigos y a la colaboración de muchas personas y entidades, el Jardín se sostiene por sí mismo y ha cumplido importantes tareas de asesoría en otros lugares del país en las materias que son su especialidad. Por los aportes ordenados a diferentes proyectos, deben mencionarse también, entre los gobernantes locales, a Belén Sánchez, John Bayro Cohecha y Julio César López.
El Museo de Geología y Suelos del Quindío fue concebido con la idea de contar la historia fantástica del levantamiento de los Andes de Quindío y de lo que ha acontecido en la región en los últimos 540 millones de años, en cuanto a la orogénesis, o formación de las montañas y a la pedogénesis, o formación de suelos y su relación con las plantas y con la historia natural regional. De manera complementaria, por gestiones del fundador Alberto Gómez Mejía, se logró la vinculación del Instituto Nacional de Vías, Invías, para la construcción de un museo relacionado con la obra de ingeniería más grande del país, en toda su historia: el cruce vial por túneles y viaductos de los Andes de Quindío.
El Jardín ha sido concebido como una gran aula ambiental y por esta razón del proyecto educativo tiene gran importancia en las tareas primordiales. En el acápite correspondiente se explican sus alcances y métodos.
La Fundación tiene una junta directiva integrada por los siguientes ciudadanos: Alberto Gómez Mejía (Presidente), Alberto Londoño Alzate, Aureliano Sabogal, Carlos Alberto Cardona (Comité Departamental de Cafeteros), Carmenza Ospina, Diego Fernando Patiño, Eduardo Mejía, Elías Mejía, Elkin García, Ignacio Salgado, Jorge Humberto Guevara, José Miguel Jaramillo, Liliana Patricia Arango, Nora Cecilia Garayy Sory Morales.
Ha contado durante varios años con la valiosa asesoría voluntaria de Luz Elena Gómez y Jaime Lopera. Ha tenido además la asistencia científica de Rodrigo Bernal, Jesús Idrobo, Gustavo Morales, Álvaro Cogollo, Fernando Giraldo, Eduardo Amat, Andrea Ortega y Knud Johnson; y el apoyo profesional de Nora Cecilia Garay, Jaime Alzate, Armando Espinoza, Hernando Jiménez, Luz Marina Henao, José Miguel Jaramillo, Luis Fernando Gaviria, Carlos Eduardo Agudelo y Alejandro Cárdenas.
El Jardín está afiliado a la Red Nacional de Jardines Botánicos (1988), a Botanic Garden Conservation International – BGCI (1989), a International Association of Botanic Gardens (1993) y a Global Partnership for Plant Conservation (2008). Adicionalmente el fundador del Jardín, Alberto Gómez Mejía, es el Punto Focal de la Estrategia Global para la conservación de plantas para Colombia, y fue designado en 2017 como miembro del Consejo Directivo de International Association of Botanic Gardens.